Si alguien puso cara rara cuando Lionel Scaloni anunció una formación con cuatro cambios para enfrentar a Uruguay, peor debe haber sido el rostro cuando el DT argentino puso seis nombres nuevos ante Paraguay. Salió bien de nuevo, pero de nuevo la victoria por 1 a 0 hizo que, desde afuera, haya que acomodarse repetidamente en los sillones. Un triunfo incómodo. La tónica que aseguró un lugar en los cuartos de final sigue siendo “Messi y 10 más”, sí, pero en menor medida.
Imaginar una formación sin él desde el inicio -en la previa se especuló que iría al banco- es todavía difícil. Sin embargo anoche, en Brasilia, “Lio” tuvo buenas asociaciones, mejores compañías. Ese “vengan, vengan” que dijo y también gesticuló con las manos en un instante del partido pasado, fue más comprendido ante Paraguay.
Al minuto nomás Messi y Ángel Di María ya entraron en sintonía cuando “Fideo” vistió de centrodelantero al capitán de Barcelona para que entre bien por el medio. En esos primeros minutos, Di María estuvo activo, pero, como el rendimiento de la selección, fue de mayor a menor. Los paraguayos advirtieron esas ansias ofensivas y supieron contener, pero muy ubicados en su propio campo. La actitud de los dirigidos por Eduardo Berizzo fue eficaz hasta los 10’ cuando llegó el gol. Faltó que, en ese combo ultradefensivo creado por Scaloni, el que definiera, sólo por seguir las doctrinas clásicas, hubiese sido Sergio Agüero, pero no, también vale que haya sido Alejandro Gómez. Messi empezó la jugada desde el medio y le pasó el balón a Di María. La pausa que “Fideo” realizó, tan inteligente como exquisita, fue lo que permitió que Gómez se proyectara con comodidad, totalmente habilitado y con toda la confianza para acariciar la pelota con la punta de su botín. La salida del arquero Antony Silva fue correcta, pero la lucidez de “Papu”, superior. La anotación tan tempranera y el nivel de dominio de Argentina hacían ilusionar con una victoria por más goles. Sin embargo, sucedió lo que viene pasando en los últimos partidos: 45 minutos de dominio, y otros tantos de mucha incomodidad. “Gran primer tiempo y en el segundo bajamos”, dijo Germán Pezzella. La respuesta del defensor ante la pregunta de si se iba conforme, más que una definición, fue una descripción de lo que se viene observando. Que eso deje conforme a un plantel, más siendo Argentina, no es lo más sano. Es lo que más le está costando encontrar a Scaloni y lo que más busca con las modificaciones. Siempre sumó, pero todavía depende de lo que Messi, aun con el desgaste físico, pueda hacer.